La inteligencia de nuestro organismo vivo tiene la capacidad natural de identificar información a través de la frecuencia de onda que recibe según se percibe mediante el sistema nervioso. El sistema nervioso es como una gran computadora que almacena datos a modo de sensaciones, emociones y sentimientos.

La muerte y la vida es un paradigma de espiral consciente que inspira el conocimiento. La luz y la sombra que contribuyen a la conciencia del amor hacia la vida. La sombra tiene la capacidad de darnos la incertidumbre para la búsqueda consciente de nuestra verdad oculta.

El misterio emerge de la profundidad del inconsciente colectivo. Del Alma ancestral que perdura mediante el aprendizaje de cada energía individual.

Cuando la luz puede atravesar los poros del velo de la sombra, se empieza a construir una nueva frecuencia de vibración que permite transformar las realidades ocultas. Con estos rayos de luz emergentes se amplía la onda de conciencia que ilumina la belleza de los miedos de nuestra naturaleza humana.

Cada partícula, cada átomo, construyen un cuadro de energía en movimiento para dar vida a las fijaciones del dolor y construyen las bases de realidades futuras.

Cada grupo de luz individual forma parte del todo infinito, para el propio equilibrio de la vida.